Nunca podría tenerlo. Nunca. Ni siquiera estaba a mi alcance. Era como el juguete soñado; al que solo podemos mirar a través de un grueso cristal. Podemos empañar la vitrina. Mirarlo por horas. Pero sabemos que nunca lo podremos tener en nuestras manos.
viernes, 5 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario